MARTINI DOBLE

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No me defiendas, Compadre

Posted by martinidoble on 27 March, 2006

Cesar_Hildebrandt_g.jpgRequisito adicional para ganar unas elecciones presidenciales en el Perú: asegúrese de que los medios lo ataquen encarnizadamente, sobre todo los líderes de opinión. Convenza a la intelligentsia peruana de que es usted el Anticristo. Y el pueblo lo bendecirá con su voto multitudinario.  

 

El nuevo activo político peruano se llama capitalización del resentimiento. El Comercio, en su edición de hace unos días, editorializó en contra de la amenaza contra la democracia que Ollanta Humala y su heteróclita agrupación representan. Una de las versiones del artículo apareció en la versión on-line del diario; aún más interesante que el sentencioso contenido del editorial en sí, fueron los comentarios de los lectores (nueva y democratizadora opción que el formato web permite).  

Una de las acotaciones más sintomáticas fue la réplica de un lector, que afirmaba (verbatim): “son los ‘cultos’ quienes nos han arrastrado a esta situación”. Existe desconfianza masiva en contra de los intelectuales.  palacios-rosa.jpg 

Esta desconfianza nace de dos atributos, uno de ellos específico y cierto, el otro general y prejuicioso. Ambos difíciles de remontar.  

La acusación específica (y justa) es que los intelectuales y “cultos” a menudo no han hecho más que aliarse al poder de turno y contribuir al teórico “cargamontón” contra el pueblo que los votantes sienten se les ha infligido en el pasado.  

La acusación genérica (e indefinida) es que los intelectuales se vuelven a menudo incomprensibles, y no hay nada de lo que el pueblo recele más (excepción hecha de los políticos que ya malgobernaron) que de lo ininteligible.  

Tal vez la capa más visible, accesible y populachera de la escuálida clase “intelectual” en el Perú sean los periodistas, y de entre ellos, los de medios masivos.  

La radicalización de la opinión pública peruana hace que todos asumamos posiciones extremas. Con frecuencia han sido los periodistas quienes han sido el vehículo de estos extremismos.  

Como en el Perú a menudo el pueblo favorece opciones insensatas y descabelladas (como el fujimorismo de los noventa y el humalismo actual), para quienquiera tenga dos dedos de frente es fácil alinearse con cualquiera de las opciones menos disparatadas.  

Ello brinda a casi toda la prensa la capacidad de cristalizarse de un único color (o a lo más, de gamas dentro de la misma tonalidad).  

Bayly.jpgEl pueblo interpreta esto como servilismo a los dueños de los medios, abuso colectivo del candidato desfavorecido, o simplemente como corrupción. Para el votante, los medios están plagados de periodistas con “manos rotas” a base de generosos aportes en metálico.  

Por ello, la candidata Flores, tal vez la única alternativa real al humalismo, debería persuadir a los Baylies, Hildebrandts o Palacios que la ataquen con todo el poder de sus afiladas lenguas y plumas. En una sincera y habilísima estrategia, la Flores debería promover entre el grupo periodístico el rechazo más visceral a sus propuestas.  

Nada mejor para un candidato que, como dice la leyenda, un Hildebrandt verde de ira exclame ante su excelente situación electoral: “señores, el Perú se tiró un pedo.”  

El pueblo se volcaría en su favor como un solo cuerpo. 

La lógica es y será: si la atacan los cultos, si es víctima de quienes tienen poder, es que debe ser bueno. Valenzuela_Cecilia3.JPG

2 Responses to “No me defiendas, Compadre”

  1. I could not think you are more right

  2. Markedly well executed piece of writing…

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